Pues ya sólo nos quedaba un fin de semana y Kike y yo estábamos ansiosos por volver a subir al avión y tristes porque se nos acababa nuestro periplo por el mundo con Bulevita …
“Kike, vamos a pasarlo guay! no te pierdas ni un solo detalle, que nos vamos a China y a India y … a un sitio que tiene océanos …”
“Oceanía, Edu, Oceanía”
“Pues eso, Kike. Oceanía.”
“¿Preparados chicos? Antifaces de Kung Fu Panda? Pines de animales del calendario chino? Llevamos todo? Pues nos vamos al teatro chino!!” Exclamó Bulevita …
Qué tendría Bulevita que cuando nos hablaba nos poníamos todos locos de contentos, nos transmitía unas ganas de reír y de saltar que … Qué tiempos …
Después del teatro chino, nos dimos una vueltecina por Oceanía (¡eso!) y nos volvimos a nuestro punto de partida con una máscara maorí … Como si de un chicle se tratara …
Y tan sólo unos años después …
“Comandante, todo listo para comenzar el vuelo”
“Gracias”, respondí. ¿Kike, todo listo?, le pregunté a mi gran amigo y copiloto del vuelo.
“Todo listo, Comandante”
Y despegamos, concentrados y … como siempre, pensando en Bulevita llevándonos por el mundo.