¿Por qué siempre decimos que se mueren los buenos y los malos se quedan para fastidiarnos ¿Es verdad que el destino nos depara sorpresas espectaculares, sólo tras los trágicos traspiés de nuestras vidas… es decir… sólo si la pifiamos soberanamente?
A veces sí, a veces no y otras veces no vemos nada porque no dejamos de mirarnos al ombligo.
El antropocentrismo dominante y el individualismo exacerbado nos hace perder la perspectiva de contexto y de altura de miras que necesitamos para hacer un análisis más humano y más realista de nuestras vidas. Más allá de la infantil rabieta de tarde de domingo.
Por eso no pueden dejar de leer esta historia, porque nada mejor que una historia para hacernos comprender. Somos como niños. Quizá nuestra mejor herramienta para aprender sean los sentimientos. Y esta historia te llevará al corazón de las tinieblas y al mismo tiempo a cuestionarte si, a veces, -porque siempre o nunca no existen, son irreales-, no valoramos suficientemente lo que tenemos, para pasar a echarlo de menos cuando lo perdemos, y ya es demasiado tarde.
Lejos de permanece en el drama continuo, cansino y paralizante, la novela de Maxwell te incita a actuar, a amar lo que tienes, a saber sobreponerte de los reveses, a caminar por la vida con los ojos bien abiertos, dando gracias por la vida misma y haciendo una reverencia cuando el amor aparece; observarlo desde todos los ángulos, y quedarte con lo mejor de cada ángulo o desecharlo, porque también las elecciones son amor por uno mismo y en las decisiones o no decisiones que tomamos viven el diablo y la felicidad.
“El día que el cielo se caiga” te da pistas para saber elegir entre ambos.
Leerlo es cosa tuya. Te adelantamos que es una apasionante historia de amor y desamor, pérdida, encuentros y desencuentros, aliñada con ternura.
“El día que el cielo se caiga” lo venden en Carrefour.
Su autora, Megan Maxwell, es a día de hoy una de las escritoras más leídas en España e Hispano América. Pero no siempre fue así; las editoriales la rechazaron durante 12 años, antes de publicar su primera novela.
Nació en Nüremberg, Alemania, de madre española y padre americano.
Siempre ha vivido en España, es su favorita, en ciudades de ensueño como Madrid, Cádiz o Barcelona.Y lo más importante es que Megan escribe para “guerreras”, mujeres que se dejan inspirar por esta guerrera sabia que no se rinde frente a la adversidad.